Amanda Cerna: “Mi familia es mi pilar fundamental, en Lima terminé la carrera y lo primero que hice fue mirarlos a ellos”
Santiago, 20 de julio de 2020.
Amanda Cerna es residente habitual del CAR en Santiago, desde que terminó cuarto medio y decidió dedicarse al atletismo de manera profesional. Sin embargo, debido a la situación por el Covid-19, decidió volver a la casa de sus padres en Castro, y pasar estos meses de pandemia junto a ellos y a su hermana melliza, Javiera, quien también es atleta.
Hace tiempo que no estaban los cuatro juntos, comenta Amanda entrevistada vía Zoom en el programa #EsDeporteRadio. Su hermana estudia en Temuco y ella vive en el CAR en Santiago. Así que, a pesar de las dificultades para entrenar en Castro, Amanda ha disfrutado estos meses en familia.
La especialista, que ya cumplió las marcas para Tokio 2020 en las pruebas de 200 y 400 metros, entrena de lunes a sábado, al menos, entre dos a tres horas diarias. Su entrenador le manda la planificación semanal y un día a la semana practica online junto a sus compañeros del TeamParaChile de Atletismo. Dentro de su rutina, Amanda integra trote progresivo, trabajos de intervalos, pesas y cuestas, que hace en el mismo cerro donde está su casa en Castro; con una vista envidiable por cierto.
Desde el que su hogar de casi toda la vida, mira hacia la ciudad de Castro y el mar, y para Amanda, una de las cosas que más le gustan en la vida, es, precisamente, la vista de su casa.
Rápido inicio con grandes logros
Sus inicios en el deporte fueron junto a su hermana a temprana edad. Partieron a los cinco años con gimnasia rítmica, luego practicaron fútbol y posteriormente juraron hándbol. En quinto básico se unieron al taller de atletismo de su colegio y tanto su profesora como sus padres se dieron cuento que Amanda tenía habilidades naturales como velocista.
“No es fácil entrenar en Castro con el clima y la lluvia. La pista es de tierra, por lo que cuando llovía se llenaba de pozas y barro, menos hacer velocidad por lo resbaloso. Pero a mí no me importaba la lluvia, lo disfrutaba igual”, comenta Amanda. Con ese entusiasmo viajó el 2015 a un nacional en Santiago, donde logró marcas que le permitían estar precalificada para Toronto.
Así de rápida y ascendente ha sido su carrera. Participó en Toronto donde quedó sexta en los 100 y los 200 metros, a solo cuatro meses de ingresar al deporte paralímpico. En Río 2016, quedó cuarta en los 400 metros planos. Y el 2017 se coronó como campeona del mundo juvenil en los 400 metros planos, en Suiza.
El año pasado, el Lima 2019, ganó medalla de plata en los 400 metros planos clase T47. “Mi familia es mi pilar fundamental, me han apoyado siempre. Fue muy emocionante en Lima verlos ahí, a mis papás, a mis abuelos y a mi hermana. Terminé la carrera y lo primero que hice fue mirarlos a ellos”, cuenta con alegría Amanda.
Es que su familia y en especial su hermana han sido fundamentales para Amanda en su carrera deportiva, son su gran apoyo y motivación, “con mi hermana siempre hemos estado juntas y hecho deporte juntas. Entonces ahora que estamos las dos de vuelta en la casa hemos vuelto a entrenar juntas, lo que he disfrutado mucho. Siempre he tenido una compañera que me apoye, me motive y me desafíe. Eso ha hecho que saquemos lo mejor de cada una”, sostiene la atleta nacional.
Respecto de sus próximas metas, Amanda espera clasificar también a los 100 metros para Tokio 2021, y así poder participar en las tres pruebas que son su especialidad.