Santiago, 6 de julio de 2020.
Sobre cómo ha sobrellevado el encierro, los entrenamientos y sus estudios universitarios, conversó esta mañana con #EsDeporteRadio, la medallista panamericana (Bronce en Lima 2019) y clasificada a Tokio, Fernanda Aguirre, desde su casa en Viña del Mar.

Aguirre es la segunda mujer taekwondista y la cuarta chilena en clasificar a unos Juegos Olímpicos, tras Yeny Contreras en Londres 2012. La viñamarina, que compite en la categoría -57 kilos, ocupa actualmente el lugar 41 del ranking mundial.

Si bien para todos los deportistas del alto rendimiento no ha sido fácil continuar con sus rutinas y mantenerse en forma, y se las han tenido que ingeniar de diversas maneras, para los deportes de contacto, ha sido un desafío mayor. No cuentan con un sparring o un compañero de entrenamiento, han debido entrenar en soledad, lo cual es inusual para ellos.

Y es exactamente este aspecto el que Aguirre comenta que ha sido lo más difícil del entrenamiento en estos tiempos “no es lo mismo pegarle a alguien, a un compañero que está en movimiento que a algo estático, es muy distinto”. Pero a pesar de ello, cuenta que sigue entrenando bastante y manteniendo su estado físico, principalmente para prevenir lesiones.

Sin embargo, sostiene que el estar este tiempo en la casa, le ha servido para valorar más su vida de deportista de alto rendimiento, la actividad diaria, su vida agitada y llena de actividades entre los estudios, los entrenamientos y las exigencias de la alta competencia.

La confianza para lograr sus metas
Fernanda Aguirre, obtuvo medalla de bronce en las Universiadas de Nápoles 2019, competencia considerada como los Juegos Olímpicos universitarios, transformándose en la segunda chilena en lograr una presea en dicho certamen. Años antes lo había logrado Natalia Duco.

Cuenta que ese triunfo fue inesperado y la vez fundamental para lo que vino después, “me sirvió para adquirir confianza y reforzar mi seguridad de que podía hacer un buen trabajo en Lima 2019, me permitió soñar con logros mayores”.

Y así, fue, obtuvo bronce en Lima y luego en marzo de este año, clasificó a Tokio, derrotando en semifinales del Preolímpico de Costa Rica, a la panameña Carolena Carstens, por un ajustado 21-20, cerrando así su primera clasificación olímpica.

Hoy sostiene convencida, entre sus entrenamientos y sus estudios para ser Entrenadora Deportiva, que cursa en la Universidad de Viña del Mar, que “nada es imposible, todo se puede lograr, si eres constante y disciplinado, todo se puede”.