26 de marzo de 2020.

Hablar de Sergio Roberto Livingstone Pohlhammer  es hablar de un futbolista excepcional, un pionero que cruzó las fronteras con su impronta; un comunicador insigne, un hombre letrado y con una memoria prodigiosa. Y por supuesto, un padre de familia que trabajó incansablemente por el bien de quienes más amó.

Un día como hoy, un 26 de marzo de 1920 «Sapito, como cariñosamente se le reconocía, vino al mundo. La Ministra del Deporte, Cecilia Pérez, anticipándose a este aniversario tenía programado un reconocimiento en grande hacia esta figura nacional. «Quiero agradecerle a su familia por acercarse al Mindep y colaborar en el homenaje que tuvimos que posponer por la emergencia sanitaria, pero que una vez recuperada la normalidad lo vamos a concretar en el Estadio Nacional», mencionó en sus redes sociales.

El subsecretario de la cartera, Andrés Otero, destacó especialmente su trayectoria que incluyó dos títulos con Los Cruzados.

Este destacado arquero nació futbolísticamente en Universidad Católica, club que fue su gran amor. A comienzos de la década de 1940, Racing de Argentina fijó sus ojos en él y se lo llevó. Fue su única expedición fuera de casa en años donde los traspasos internacionales eran muy difíciles de concretar. Hasta el día de hoy en Avellaneda lo recuerdan con cariño y respeto, pues marcó una época. Tras eso volvió a Católica, tuvo un paso por Colo Colo para rematar su carrera en la UC.

Además, completó una buena cantidad de partidos por la Selección chilena. En términos de competencias, todo partió con el Mundial de 1950, luego vino el Campeonato Panamericano de Fútbol de 1952 y las seis Copas América. A saber, 1941, 1942, 1945, 1947, 1949 y 1953. Sin lugar a dudas, uno de los futbolistas más importantes que ha tenido nuestro medio.

Su hijo homónimo también se manifestó para recordar este centenario. «Viejo mío del alma, hoy es tu Centenario y te mando un beso y un abrazo al cielo», redactó con visible orgullo. Y también agradeció el video que el Ministerio preparó. 

En esa misma línea, su nieto Cristián Francisco, prodigó emotivas palabras en memoria de su abuelo, así como también se comprometió a trabajar junto al Mindep en impulsar un espacio en memoria del insigne arquero. 

Las comunicaciones le permitieron ser conocido por otras generaciones. Se paseó por distinguidas radios nacionales desde 1962, para luego aterrizar en la TV donde estuvo hasta su fallecimiento. Eso lo llevó a ser reconocido en 1987 con el Premio Nacional de Periodismo, máximo galardón para un comunicador deportivo.

En sus últimos años de vida, la UC nombró a la tribuna preferencial de su estadio como «Sergio Livingstone» y al momento de su adiós se dio a conocer que cada año se haría entrega del «Premio Sergio Livingstone» al jugador más intachable.

Una partida galardonada para un hombre con un humor único que dejó una huella imborrable en Chile. ¡Gracias por todo Sapito!